León, Gto.- La Navidad no siempre se celebra de la misma forma, pero el sentimiento de estar cerca de quienes importan puede aparecer en cualquier lugar. En Guanajuato, la Nochebuena también fue un espacio para el reencuentro, la reflexión y la cercanía, incluso dentro de centros de reinserción, donde adolescentes y personas privadas de la libertad compartieron momentos especiales con sus familias.
Durante el 24 de diciembre, la celebración llegó al Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes, donde 41 jóvenes pudieron convivir con sus seres queridos en una jornada marcada por conversaciones, abrazos y mensajes escritos desde el corazón. Para muchos, fue una oportunidad poco común para verse, escucharse y compartir el tiempo sin prisas.
Palabras que acercan
Uno de los momentos más significativos fue la entrega de cartas escritas por los propios jóvenes. En ellas, expresaron pensamientos, sentimientos y reflexiones que no siempre se dicen en voz alta. Las cartas fueron leídas frente a sus familias, abriendo paso a diálogos que permitieron hablar de errores, aprendizajes y del deseo de seguir adelante.
Tras este ejercicio, los jóvenes y sus familiares compartieron un espacio de convivencia directa, donde la Navidad se sintió como en casa: conversaciones sencillas, sonrisas, recuerdos y el valor de estar juntos, aunque fuera por unas horas.
Uno de los adolescentes expresó que poder compartir la Navidad con su familia le recordó lo importante que es no rendirse, aprender de lo vivido y valorar a quienes lo acompañan en el proceso.
La Nochebuena también se compartió en los centros penitenciarios
La celebración se replicó en los once Centros de Prevención y Reinserción Social del estado, donde las Personas Privadas de la Libertad participaron en una jornada distinta a la rutina diaria. La Nochebuena se convirtió en un momento para compartir alimentos, conversaciones y una pausa en el ritmo cotidiano.
Para la cena, se preparó un menú especial que incluyó cerdo en salsa de naranja y chipotle, puré de papa con ejotes a la mantequilla, ensalada brasileña, pan y ponche. El objetivo fue ofrecer una cena similar a la que muchas familias comparten en casa durante estas fechas.
Tradiciones que continúan
Las actividades no se limitaron a la Nochebuena. También se dio a conocer que, para recibir el Año Nuevo, se tiene contemplado un menú especial con lomo adobado, guarnición de verduras, pasta con crema, ensalada de manzana y ponche, manteniendo las tradiciones que acompañan el cierre del año.
Estas jornadas buscan generar espacios donde las personas puedan reconectar con el sentido de comunidad, la convivencia y el valor de las fechas que, para muchos, están ligadas a la familia y a los nuevos comienzos.
Cuando la Navidad llega a todos lados
Más allá del lugar, la Navidad se vivió como un momento para detenerse, mirarse y recordar que los lazos familiares siguen siendo una parte importante del proceso de reintegración y convivencia social.