León, Gto.- Las luces que acompañarán a los leoneses durante esta Navidad ya brillan en el corazón de la ciudad. El Encendido del Árbol y del Nacimiento Monumental abrió la temporada con una noche que unió a miles de personas que buscaron lo mismo: sentir que diciembre había llegado de verdad.
Desde temprano, familias enteras caminaron hacia el Centro Histórico para encontrar un lugar entre la multitud. Abuelos tomados del brazo, niñas con bufandas rojas, parejas con teléfonos listos para grabar el momento exacto en el que las luces se encenderían. La ciudad parecía detenerse por unos instantes para volver a compartir algo tan simple y tan esperado: la sensación de que la Navidad empieza cuando todos la miran juntos.
La presidenta municipal, Ale Gutiérrez, encabezó el recorrido que inició en el Arco de la Calzada. Rodeada de familias, dirigió unas palabras que quedaron suspendidas entre la música, los aplausos y el aire frío de diciembre.
“Una vela enciende a los demás y cada uno de nosotros tenemos que ser un faro para los demás. Tenemos que ser inspiración, tenemos que ser un camino para el resto de las siguientes generaciones. Hoy los invito a que con todo este amor, esta paz, esta solidaridad y generosidad que hay en Navidad, podamos construir ese León que todos queremos”, compartió.
Un inicio de temporada que se vive caminando
El recorrido avanzó desde el Arco, donde los arcos de nochebuena, los renos iluminados y la campana monumental se volvieron puntos obligados para las fotografías familiares. El ambiente tenía ese sonido que solo diciembre provoca: risas, pasos apresurados y niños gritando “ya va a empezar”.
En el Templo Expiatorio, el Árbol inmersivo LED se convirtió en un punto de encuentro. Algunos lo miraban en silencio, otros levantaban a sus hijos para que alcanzaran a ver mejor, mientras el carrusel giraba a un lado con luces que parecían bailar entre los árboles.
El bazar con 30 artesanos sumó olores, texturas y colores; manos que han creado por años piezas que ahora encuentran hogar bajo la luz navideña del templo.
La caminata siguió hasta la Plaza Principal, donde apareció el Nacimiento Monumental, considerado el más grande del país. Sus figuras gigantes esperaban iluminadas mientras la plaza se llenaba de gente buscando el mejor ángulo para el encendido. Cuando llegó el momento, miles de voces se unieron en un solo “¡ahhh!” que recorrió el lugar. La noche, por fin, estaba completa.
Navidad que también impulsa el trabajo de casa
La noche no solo encendió luces; también abrió la temporada para 179 emprendedores locales distribuidos en cuatro puntos emblemáticos de la ciudad. Para muchos de ellos, este momento marca el inicio de semanas importantes para su trabajo.
En los bazares decembrinos, del 10 de diciembre al 6 de enero, se pueden encontrar artesanías, repostería, bisutería, velas hechas a mano, artículos de piel, arte para regalar y detalles pensados para estas fechas. Son proyectos que han crecido gracias a estas temporadas y que ahora ocupan un lugar dentro del recorrido navideño del Centro.
Las familias que pasan por estos espacios no solo buscan comprar algo; también buscan historias, sabores y manos leonesas detrás de cada pieza. Es un viaje que se repite cada año pero que nunca se siente igual.
Una ciudad que vuelve a encontrarse
El Centro Histórico se convirtió, una vez más, en un espacio donde miles de personas coincidieron sin planearlo. Diciembre siempre trae ese efecto: la ciudad se vuelve más caminable, los pasos se alargan, los recuerdos regresan. El Arco, el Expiatorio y la Plaza Principal se llenan de familias que regresan para encontrarse con la misma ciudad, pero con nuevas luces.
La Navidad en León ya empezó, y lo hizo como siempre: con luces encendidas, con historias que vuelven y con miles de corazones caminando la misma ruta.


